Clase G

Más fuerte que una roca.

Una vista sobrecogedora. Ante nosotros se alzan sinuosos e imponentes terrenos que bloquean la  visión, pero no el camino. Las ruedas del nuevo Clase G preparan la superficie y el vehículo se  mimetiza con el entorno, haciéndose uno con la naturaleza. Vigoroso, atraviesa el paraje abriendo surcos en el desierto y desplaza literalmente montañas, piedra tras piedra, mejor que nunca.

Más fuerte que el asfalto.

Un sordo rugido anuncia su llegada. El suelo trepida. El aire vibra. El nuevo Clase G aparece  en torno a la esquina. Un vehículo que impresiona con su expresivo diseño exterior. Con una presencia que no deja lugar a dudas: aquí mando yo. Campo a través no conoce rival, ni lo  ha conocido nunca. Pero el arquetipo de los todoterreno brilla también en la ciudad por sus propiedades de conducción. Junto a sus enormes reservas de potencia,  el nuevo Clase G  entusiasma con un mayor confort de conducción sobre firmes asfaltados. El rey de la naturaleza salvaje conserva también su corona en la jungla urbana.

Una amplitud inimaginable.

Es evidente que el canon elegido a la hora de dimensionar el generoso habitáculo  del nuevo Clase G no ha sido otro que la naturaleza. El fin es ofrecer un confort  de primera a sus ocupantes, incluso en los entornos más desapacibles. El habitáculo  del nuevo Clase G es una muestra de generosidad y comodidad para todos los  ocupantes. También se ha renovado el diseño interior y se han introducido mejoras  en todos sus aspectos. El lugar ideal para todos aquellos que buscan libertad y un  diseño fuera de lo común.